jueves, febrero 26, 2009

EL VALOR DE LA AMISTAD

Desde mi infancia he tenido buenas experiencias en el tema de la amistad – amigos y amigas, no en cantidad; más bien pocos pero buenos – fenómeno prioritariamente humano con un valor excepcional… y del cuál de ordinario se valora mucho.

Expresiones como: “conocidos muchos; amigos contados con los dedos de la mano”; “los amigos quedan, las parejas se van”; “inseparables hasta la muerte”; “por ti hasta mi sangre daría”; “hasta me quito la camisa, para dártela”; etc.… y cientos de frases más, que demuestran el valor del significado de una amistad sincera y desinteresada.

Para la amistad es interesante que ni siquiera el tiempo ni la distancia son impedimento para su crecimiento y perdurabilidad; se puede estar muy lejos y haber pasado un largo período de no verse, que siempre existe esa comunicación “espiritual” tan fuerte como los lazos de la sangre.
¿De qué se habla en las conversaciones entre amigos?... de todo: de deportes; de amigas; de amigos; de sexo obvio; de paseos y aventuras; de Dios; de los padres obvio; de fantasías y de lo bueno y lo prohibido… no hay temas que “no se tocan”… más los consejos van y vienen – en ambos sentidos – y cada uno lo toma según convenga y respetando la libertad del otro. Los “frescos” y/o las “águilas” pueden estar presentes muchas veces.


Períodos de “cabreos” y de hasta alejamientos temporales – algunos les llaman períodos donde “te tengo exiliado” – son comunes y necesarios para que la amistad se valore.

Sin embargo, hay una característica que es nociva para la amistad: la “amistad” que persigue un interés; cuando está de por medio un interés hay una intrínseca corruptela... Y ojo que no se habla acá de únicamente intereses malos; puede ser incluso un interés “bueno”… el tema de fondo es que si se ha utilizado la amistad para conseguir un fin.

La amistad no se toca… no tiene condiciones; eres amigo o amiga mía ahora, mañana y siempre… no hay doblez en la amistad:

  • Ser amigo implica una amistad particular.
  • Las pláticas y consejos sobrepasan las decisiones de los amigos, de manera que no se sustituyen por un tercero. Los consejos de los verdaderos amigos siempre serán buenos para el alma del amigo.
  • Somos seres sexuados y por tanto sujetos a las interrelaciones, sí es que llegan estas a darse; la amistad crece y convive con esa realidad
  • La verdadera corrección fraterna, fundamentada en la caridad cristiana, implica siempre el respeto al ser individual… la imposición de una costumbre, forma de vestir, o estilo de vida de forma generalizada es contraria a la amistad.
  • Un amigo nunca se deja de lado por sus creencias, formas de pensar, condición social, sexualidad y mucho menos si – por condiciones totalmente ajenas a su persona – proviene de núcleos familiares no ideales.
  • Un amigo nunca se abandona cuando - por su propia voluntad - decide apartarse de un grupo en común.




3 comentarios:

gusramca dijo...

"Un amigo fiel es bálsamo de vida, quien lo encuentra haya un tesoro" Dice la escritura santa.

Kahalil Gibran dice: "cuando os separéis de un amigo, no sufráis, porque en su ausencia lo que mas amas en el se volverá nítido, como también se vuelve nítida la montaña desde el llano para el montañés"

Excelente articulo, buena celebración a la buena amistad.

Saludos.

Mónica dijo...

Me encantó lo que has escrito sobre la amistad, principalmente eso de que toda amistad es particular, no eres amigo de tus amigos de la misma forma. Para algunos eres el que escucha, para otros eres el que habla; porque precisamente el verdadero cariño es querer dar lo que el otro necesita y también encontrar en el otro lo que uno "en particular" necesita en ese momento.

No se trata de intereses personales, se trata de dar y de estar dispuesto a recibir de aquello que el amigo te ofrece.

Gracias por la reflexión!.

exopusdecostarica1 dijo...

Y qué impresión más fuerte tuvimos cuando nos dijeron aquel "criterio": que NUNCA se puede dormir en grupos de dos personas en una misma habitación; las combinaciones posibles son: uno por habitación; tres por habitación o más de cuatro en adelante.