Primera consigna: ser uno más entre la muchedumbre; ir con devoción a visitar a la Virgen y a la vez, pasar un rato agradable con la gente.
Segunda consigna: si me da sed, me tomo algo; si me da hambre, me como un chuzo de carne.
Tercera consigna: ver y mirar a la gente con detenimiento.
Cuarta consigna: hacer lo que me pida el cuerpo al llegar a la basílica; dos puertas, dos opciones…. “de a pie” ó “de rodillas”.
Quinta consigna: entregar un currículo y varios encarguitos míos y de mi familia a la Virgen.
Los resultados los enumero a continuación:
UNO: Maravilloso ser uno más del montón…. Ahí iba yo con el rosario “guindando” del pecho – no escondido, ni tampoco de dedo – rezando como cualquier otro pecador que tiene la fe de la abuela. Vacilé con mi amigo y otros 3 más que al final se nos unieron; uno “desertó” a medio camino y se devolvió en bus (aún seguirá siendo muy amigo, que conste).
DOS: Una coca cola Light, 2 órdenes de tacos, 1 chuzo de carne, 1 taza de café con splenda, 1 agua con saber a fresa y al terminar una bolsa de churros.
TRES: Qué cantidad de gente – un variopinto de figuras – gente linda, gente menos linda, gente fea… predominando los buzos y por tanto no era precisamente un desfile de modas aquello. Gente devota, gente no tan devota, pachucos… no vi a ninguno del Opus (¿suerte? ¿O es que serán pocos?). Me impresionó aquel joven – no más de 24 años – con los zapatos al hombro y los pies descalzos destrozados.
CUATRO: No me dio a más… opté por entrar, al igual que las veces anteriores, de a pie. Me fijé ciertamente en mis amigos y otros cientos de romeros que entraron de rodillas hasta ver a la Virgen. Devoción pura y sin la más mínima duda de que allí solo estaban ellos y la Virgen…. Nadie los veía.CINCO: ¡Los encargos fueron entregados mi Señor! ¡Misión cumplida! 5 horas después, se completó la misión… no iba esta vez por un tiempo específico, ni por cumplir con un encargo impuesto por “alguien”.
De todo lo anterior, me queda la satisfacción de haber tomado la decisión de hacer la romería de nuevo… pero también de desintoxicarme de aquella frase que oí por primera vez de FF (luego se la oí repetir a otros directores en varias ocasiones, cual mala sangre que se propaga): “¿a saber cuántas de esas personas estarán en gracia de Dios?”… yo no soy capaz de poner en duda el estado del alma de cada uno de esas personas que vi de rodillas o con devoción rezándole a la Virgen. ¿Qué diferencia hay entre esa frase y la de los fariseos y sus respectivos sepulcros blanqueados?... Cualquier grupo religioso o secta que presuponga superioridad espiritual, más allá que la del joven de pies descalzos debería considerar seriamente sus fundamentos.
1 comentario:
Hola:
Yo tambien padeci de ese sentimiento de malsana superioridad espiritual. Lo criticaba todo, despues de un tiempo me vi al espejo y comprendi que yo tambien era de carne y hueso.
Ese sentimiento es liberador, no sentirse ni mejor ni peor y disfrutar hasta de la tristeza. Asi de todas las cosas que componen la humanidad.
No somos perfectos, ni mejores ni peores.
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