jueves, mayo 24, 2007

¡Que viva el hogar!

Las desavenencias en la familia se curan con el perdón y con la sabiduría de la buena cuchara

José Joaquín Chaverri
jjch98@yahoo.com
(las oraciones en "negrita" no pertenecen al formato original)


El resultado era exitoso. Él, profesional de renombre. Ella, gran empresaria. Su hogar desangelado. No había un detalle de ayer ni de hoy. La refrigeradora con telas de araña. No había una flor ni una mata. La crisis estaba por empezar. Faltaba el detalle del amor. ¡Que viva el hogar! Soy partidario de la vida en familia. Tiene una gran urgencia de volver a ser aceptada en esta modernidad. Debe ser revaluada en Costa Rica. De hecho, es tema de atención en diferentes congresos internacionales.


Recientemente en Londres, donde se exponen las grandes ideas, y en Roma, que nunca ha perdido la elegancia, se ha debatido positivamente sobre este tema. No sabía convivir. Nunca olvido al joven profesional estadounidense, doctor en Administración de Empresas, pero que a la hora del matrimonio no sabía ni cómo brindar ni tomar los cubiertos en sus manos, pues en toda su vida de estudiante jamás había participado en una cena formal. En fin, no sabía convivir. El hogar debe renacer en esta época de comida rápida, plástico y velocidad. La reunión de la familia a la hora del almuerzo y en la cena forma parte de la educación, igual en los desayunos de fin de semana. Es fundamental conversar y saber escuchar. Compartir todos juntos, no a deshoras, forma la tolerancia, enseña el respeto y une la autoridad de la familia.


Francia es una gran escuela para el hogar. Las familias chinas también son una gran enseñanza pues cuidan la comida, le ponen cariño y es parte de ese deseo de mantener la familia unida junto a la olla caliente. Lógicamente, en el mundo empresarial moderno, esto con frecuencia se hace difícil por falta de tiempo.


“Un ambiente limpio, la ropa cuidada, cambiar una bombilla quemada o cuidar los platos de comida reflejan sin palabras la amabilidad y cortesía de quien está atento a los detalles por servir a los demás”, fueron palabras de una expositora en el congreso “Encuentro romano”, que analizó la importancia de la administración del hogar en este mundo cambiante. Calor y vida.


La profesora Claire Mazoyer de Francia dijo: “La casa revela el ambiente de la vida de la familia que la ocupa". Al mismo tiempo, las tareas materiales de la casa, las actividades domésticas, infunden calor y vida a un cuadro impersonal, precisamente porque están realizadas por personas y para personas.


“Cuidar estas cosas materiales (el orden, la armonía, la limpieza) crea un clima de paz, de serenidad, de belleza, que contribuye al descanso de la familia. Las tareas domésticas tienen como fin inmediato el bienestar de cada miembro de la familia. Por ello, este trabajo será siempre necesario y fuente de dignidad y de mejoramiento para quienes lo realicen”.


Felicito a muchas damas y caballeros costarricenses que cuidan con esmero de su hogar en cualquier circunstancia. Son verdaderos profesionales. Debemos agradecer su trabajo. No es una tarea de segunda categoría. Las desavenencias en la familia se curan con la inteligencia del perdón y con la sabiduría de la buena cuchara, que es parte de nuestra cultura.




Estamos subiendo este artículo - recientemente publicado en La Nación - por dos razones: la primera es que Don Jose Joaquín Chaverri (numerario) se ha caracterizado por su rectitud y gran credibilidad; y segundo, porque el artículo, si bien es cierto pretende mejorar el estilo de vida en las familias costarricenses, está "cargado" de mensajes - "cuidadosamente", "sigilosamente", "maquiavélicamente" "peligrosamente" y todos los adjetivos que uno se pueda imaginar - dichos con el objetivo de legitimar o justificar un aspecto que al Opus Dei le interesa: las numerarias auxiliares. Hemos resaltado en el texto original en "negrita" algunas frases que reflejan esas intenciones...


Las numerarias auxiliares son y serán siempre - le moleste a quien le moleste - empleadas de los centros del Opus Dei... en palabras de Escrivá: "para que nuestras casas no se parezcan a un cuartel ni a un convento" ... La imagen de una jovencita elegantemente ataviada con uniforme azul - cuello alto, delantal, guantes almidonados y cofia color blanco - sirviéndome la comida (por la izquierda) en una bandeja NO SE ME PUEDE OLVIDAR...

2 comentarios:

gusramca dijo...

Recuerdas esos detalles de vida en familia. Tan planificados, tan meticulosamente diseñados, estructurados, precisos, que nunca faltaban, detalles de uso obligatorio, detalles "sine qua non" de la familia "sobrenatural"

Uno no termina de entender porque unos resultan mas familia que otros -de las cien almas nos interesan las cien - Excepto claro que no seas hijo de madre soltera, de padres divorsiados y otras cosas que suceden en la vida de la gente, pues bien, por ser diferente, por esas falencias te encontraste sin el auxilio, la doctrina, el buen trato, el amor de aquella familia que era toda la familia, la familia sobrenatural.

Pero al final, descubri que mi familia no era la "sobrenatural", era la otra, la imperfecta, la desordenada, la disfuncional, la que llega tarde a casa, aquella que hay que recogerle los zapatos, la que no esta esquematizada, la que resuelve todas las crisis a pesar de los pesares, la que ama, no con un amor oficial, sino con el amor que todo -todo- lo perdona, aun las diferencias mas estructurales.

Mi familia, es la que lleva mi sangre, MI FAMILIA es la que me acepta, me protege, aquellos a quienes acepto y protejo. Esos que no huyen de mi por resultar extraño. Esos que aman con el amor de la primera carta a los corintios.

Con ese amor de Cristo capaz del sacrificio maximo.

Aquella familia "sobrenatural" que alguna vez llegue a tener, resulto ser la casa construida sobre la arena. Nada mas que un recuerdo -nada mas que el ejemplo obligado de aquello que no se debe hacer-

Amen.

gusramca dijo...

Con respecto a las numerarias auxiliares, que mas podias esperar de alguien que se cree el estado mayor de Jesucristo???