jueves, noviembre 30, 2006

Machote de una vocación


Yo, ..........., en pleno uso de mi libertad, declaro que tengo el firme propósito de dedicarme con todas mis fuerzas a la búsqueda de la santidad y a ejercer el apostolado, según el espíritu y la praxis del Opus Dei; y me obligo, desde este momento hasta el próximo día 19 de marzo (“me obligo para toda mi vida”, si se trata de la Fidelidad):
  1. A permanecer bajo la jurisdicción del Prelado y de las demás autoridades competentes de la Prelatura, para dedicarme fielmente a todo aquello que se refiera al fin peculiar de la Prelatura
  2. A cumplir todos los deberes que lleva consigo la condición de Numerario (o Agregado o Supernumerario) del Opus Dei, y a observar las normas por las que se rige la Prelatura, así como las prescripciones legítimas del Prelado y de las demás autoridades competentes de la Prelatura, en lo que se refiere a su régimen, espíritu y apostolado".

La Prelatura, representada por aquél que designe el Vicario Regional ‑si no dice otra cosa, el Director del Centro correspondiente o, en su ausencia, la persona que le sustituya‑ declarará:


Yo, .............., en representación del Prelado, declaro que desde el momento de tu incorporación a la Prelatura y mientras esta incorporación siga en vigor, el Opus Dei se obliga:

A proporcionarte una asidua formación doctrinal‑religiosa, espiritual, ascética y apostólica, así como la peculiar atención pastoral por parte de los sacerdotes de la Prelatura;

A cumplir las demás obligaciones que, respecto a sus fieles, se determinan en las normas por las que se rige la Prelatura.

3 comentarios:

exopusdecostarica1 dijo...

Este machote fue tomado del Anexo 2 del Vademecum del Gobierno Local...

Dice el "machote" - qué irónico suena este término referido a una cosa tan seria como lo que implica la palabra "V"ocación - que en "pleno uso de mi libertad...." yo, fulano de tal, me comprometo a.....

Yo escribí esa carta también en un determinado momento y realicé las respectivas renovaciones anuales... hoy, a la luz de ya varios años de desprogramación, lo interpreto como un acto irresponsable... un sin sentido...

En todo caso, es un papel nada más... y como tal, el opus dispone de el como mejor le parezca.

Anónimo dijo...

Al volver a leer esta nota, me viene a la mente la siguiente pregunta ¿realmente a qué se comprometía la Prelatura para con el que pitaba?. Si, lo sé, a formación y atención espiritual, pero a cambio de eso, venían una serie de consecuencias adjuntas que ignoraba al momento de hacerlo. Pero en las incorporaciones respectivas ya estaba enterado, entonces me pregunto otra vez ¿Por qué seguí?. No sé si algún día encontraré una respuesta objetiva.

A.V.

gusramca dijo...

Creo que el juicio estaba nublado. Todos sabemos que no puede haber libertad de conciencia con un adoctrinamiento tan severo como el que pasamos por la obra, ademas esta el principio de buena voluntad entre las partes, nosotros no sabiamos a ciencia cierta a lo que ibamos. El proceso vocacional es como el proceso de hacer magia, nada que uno pueda determinar, como si se hace en cualquier otra institucion de la iglesia.

GRC